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El Colectivo Ratio una organización política revolucionaria de jóvenes, que busca transformar de fondo el sistema económico, político y social que funciona actualmente. Trabajamos en la búsqueda de una sociedad justa, sin explotados ni explotadores y en armonía con el medio ambiente. Entendemos que esta sociedad es opuesta a la imperante y sólo se podrá realizar cuando el pueblo trabajador tome consciencia y decida acabar con este modelo de desarrollo, imponiendo un modelo que nos beneficie a todos y a todas, y no solo a unos cuantos, un modelo donde no sean las cosas lo importante, sino sean las personas, los pueblos y la naturaleza lo importante, en resumen un modelo socialista.

lunes, 12 de julio de 2010

¿SOMOS BICHOS RAROS?

Por Javier Trujillo


Un día a solas medité del poder que deberían tener unos pocos para que las cosas tuvieran cierto orden, (uno no deseado por muchos por cierto). Era más joven y se va conociendo más acerca del mundo. No sabía si era destino o no, si era predisposición genética, o qué, pero me percaté de que otra situación es válida de imaginar, soñar, anhelar. El contacto con más personas me hace ver, con mucha alegría, que no soy el único que tiene un conjunto de ideas para cambiar, por lo menos, al país.

La retroalimentación se da con charlas amenas, debates confrontados, pero me consta que otras personas, no sólo a través de los textos, concuerdan en gran parte con esas ideas. Pasa el tiempo y entiendo más la dimensión de lo que llamamos exterior. Hay un paso del mundo abstracto a otro más tangible. Teoría y praxis se hallan en el mismo plano. Es el presente y pasado, la idea que me vino aquella aparente lejana tarde vive por medio de la geografía y del tiempo. La idea que era una semilla ha estado creciendo.

Esa idea es la de querer un buen entorno donde existir. Si es aceptable para mí, debiera serlo para todos. Si la idea va madurando, también existe aquello que la confronta, desea destruirla, o por lo menos dominarla. Algunos acaban creyendo que es mala la idea matriz. La olvidan. Les gana la frustración de que aparentemente no dé frutos. Otros, aunque no la ven evolucionar, dan paso a una serie de relevos. Esa evolución no es un paso así como una escalera no es un escalón. No somos los pioneros en un cambio, al cual es necesario darle forma como un conjunto de ideas a plasmar en enseñanza y práctica.

Tal vez somos el último escalón, el más importante porque conlleva la responsabilidad histórica de ir sin temor y con mucho entusiasmo a la prosperidad y fraternidad, suspiro general. Es dar el salto definitivo y permanecer en la cumbre, jamás volver a retroceder. Como especie, los de la idea inquietante pero no por ello negativa, hay que luchar por seguir existiendo, trabajar por ese mundo mejor que tenemos en común (la idea ya mencionada), universo que trasciende y se expande. No somos bichos raros en sí, no somos los inadaptados, somos la propia naturaleza, el mecanismo lógico de lo absurdo que nos detiene en conjunto.

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